Múltiples atributos permiten definir a las elecciones 2017 de la Provincia de Buenos Aires como singulares. Además de la tradicional atención que los medios de comunicación destinan a la Provincia en virtud de su conocido peso electoral, la elección sumó características inéditas desde 1983 que concitaron aún más la atención pública. Como señaló en un reciente artículo el CIPPEC, la reducida oferta electoral, la reversión del resultado de las PASO, la magnitud de la diferencia entre el ganador y el segundo en la categoría a Senador, y el alto nivel fragmentación del espacio peronista, entre otros, se destacan entre estos atributos.

Un proceso menos histriónico pero determinante para la realidad local ocurrió en los 135 distritos bonaerenses, donde se eligieron casi 2.000 cargos locales. En sintonía con lo ocurrido a nivel nacional, el fenómeno más destacado en las elecciones para Concejal y Consejero Escolar fue el incremento generalizado y proporcionalmente mayor de Cambiemos entre las PASO y la elección general, frente a otras fuerzas. Cambiemos pasó de ganar en 96 distritos a 103, mientras que Unidad Ciudadana no pudo retener las 35 victorias de las PASO y sólo ganó en 28 partidos. Los 7 distritos nuevos que ganó Cambiemos no sólo tuvieron valor simbólico (como la derrota de 1 País en Tigre y la victoria de Cambiemos en Quilmes y Pilar), sino también electoral al ganar en distritos de peso como La Plata, General Pueyrredón y Lanús.

En los 70 días transcurridos entre ambas elecciones, Cambiemos incrementó su desempeño en 5 puntos porcentuales, en promedio, mientras que Unidad Ciudadana aumentó en menos de 1 punto y 1 País retrocedió casi 3 puntos. En más de la mitad de los distritos Cambiemos mejoró su desempeño entre 5 y 10 puntos porcentuales. En los 18 distritos que empeoró, lo hizo de manera controlada y en distritos de bajo peso. Para Unidad CIudadana, en más del 40% de las listas locales sufrieron un retroceso de hasta 5 puntos.

Los distritos con mayor volatilidad entre elecciones fueron General Guido y Brandsen. En el primero, un distrito con 10 mesas, el oficialismo protagonizó la mayor caída (con un descenso de casi 18 puntos entre ambas elecciones) y aún así triunfó en octubre. En el segundo, el oficialismo también fue protagonista, pero con una recuperación de 18 puntos porcentuales.

Por su parte, 1 País sólo pudo mejorar en 14 distritos con un promedio de electores habilitados de 50.000. Quien lideró la recuperación de esa fuerza fue Necochea, con un incremento de 8 puntos, mientras que en municipios del interior como Pila o Ramallo, el massismo llegó a perder más de 10 puntos. 1 País sufrió el proceso inverso a Cambiemos: su empeoramiento en las categorías locales fue sistemático y en casi el 40% de los distritos la fuerza retrocedió entre 2 a 4 puntos, lo cual sugiere que la dispersión geográfica de la derrota fue amplia.

¿Qué factores contribuyen a entender la mejora del oficialismo a nivel local? Por un lado, Cambiemos capitalizó el incremento en la participación y el descenso del voto en blanco ocurrido entre agosto y octubre. La participación electoral se incrementó 2.85 puntos porcentuales en promedio (de 75.7% a 78.6%). Este modesto aumento, traccionado principalmente por los distritos de menor peso electoral, se distribuyó asimétricamente entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, en favor del primero. A su vez, el voto en blanco se redujo un promedio de 30%, migrando mayoritariamente hacia Cambiemos.

Por otro lado, la estrategia electoral nacional de consolidar y ampliar las victorias, revertir las derrotas cuando sea posible y reducir la diferencia cuando el oficialismo no pueda triunfar, también tuvo su correlato local. En los distritos que Cambiemos ganó en agosto, amplió la diferencia respecto de las segunda fuerza en 2,14 puntos porcentuales promedio. En los 7 distritos donde se revirtió la derrota oficialista de agosto, el oficialismo superó por 6 puntos porcentuales a la segunda fuerza. Cuando resultó derrotado en las PASO, Cambiemos redujo la diferencia con el ganador de octubre en 1,5 puntos promedio (de 11,78% a 10,22%).

Para Cambiemos, tanto la lista de diputados como de senadores nacionales traccionaron a favor de las listas locales, pero la magnitud promedio de esa ayuda fue muy pequeña. En algunos casos, como en San Isidro, el corte llegó a afectar al Intendente en 20.000 votos, mientras distritos como San Miguel, Florencio Varela y José C. Paz traccionaron a favor de las listas nacionales.

Aún resta desarrollar un análisis ecológico evaluando la transferencia de votos entre las primarias y la general a nivel de mesa, así como una identificación de las causas subyacentes de las variaciones. Sin embargo, este análisis preliminar y descriptivo ofrece un instrumento para determinar qué distritos lograron aprovechar el aumento en la participación electoral y traccionar un incremento en el apoyo electoral, ya sea por mérito propio, de los gobiernos provincial y nacional o por la virtuosa combinación del conjunto de esfuerzos.